¿Qué se supone que haga sin mí?, porque está demás decir, que yo soy tú, pero en versión fallida.
Está demás decir que todo lo que tengo para ofrecer es a ti.
Y está demás decir, cariño, que no sé quererme sin quererte antes.
Porque me hiciste adicta a ti y a lo que provocas en mí.
Porque sabías que estaba mal. Sabías quién de las dos perdía.
Y me dejaste caer.
Y me dejaste de querer.
Y me obligaste a perder.
Y es que mientras yo te quería, tú te dejabas querer. Y así no funciona, ¿Sabes?
Estoy a una llamada telefónica de la humillación, y a un mensaje de tu desprecio.
Sé que, es muy poco probable, leas ésto algún día.
Sé que volveré a escribirte. Y también sé que, quizá, le estés diciendo te amo a alguien más.
De igual forma, en caso de que leyeses ésto, por esas casualidades bonitas de la vida. Te digo, como último recurso, y en máxima expresión de amor y humillación.
Te amo. Te amo porque contigo me dan ganas de ser esta misma mierda, pero mejor.
Te amo, porque eres tan mierda como yo.
Y te garantizo, que si volvemos a estar juntas, habrá épocas difíciles.
Y te garantizo, que en algún momento, una de las dos, o quizás las dos, vamos a querer dejarlo todo otra vez.
Y te garantizo, por sobre todo, que si no te pido que seas mía una vez más, me arrepentiré lo que me queda de vida. Porque sé, en lo más profundo de mi ser, que estás hecha para mí.
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