lunes, 16 de noviembre de 2015

Desde entonces ningún sábado es igual.

No puedo sacar la escena de mi cabeza.
Una y otra vez repitiéndose como cuando repites tu canción favorita.

Día sábado por la noche. Yo, llegando bebida. Te pregunto lo que ya era costumbre para ti, lo que tanto te aburría: "¿Me amas?
Me miras con cara de furia, te acercas a mí y me empujas: "Estás borracha, ¡otra vez estás borracha!"
Me acerco para darte un beso, pero es inútil. En tus ojos veo la mirada. Esos ojos de odio que me venías poniendo desde hace un tiempo.
-¿Qué te pasa? .-y me caigo al piso porque siento que ya no puedo permanecer de pie.
-"Nada, simplemente me das asco."- Me dices sin ningún remordimiento.
-Me pongo a llorar patéticamente, como una borracha dolida que sufre por amor-
Y agrego: "Pues entonces vete, maldito parásito", .-y suelto una carcajada de esas burlescas que tanto odias.
"No falta tanto para eso; créeme. Pero, ¿parásito yo?, cariño, la que llega bebida todos los días de la semana, eres tú".
Y te odié por decirme eso. Dios... te odié como nunca había odiado a alguien.
Me pongo de pie con ayuda de la mesa de centro, y voy al baño. Me meto bajo la ducha y dejo el agua fría correr por mi cuerpo.
Una vez ya más compuesta, salgo como puedo y me voy directo a la cama.
Me empujas con una fuerza que no pensaba que tenías, y me gritas: "¡Basta! ¡Estás mojando todo!
Caigo al piso, y me echo a reír.
Me miras con cara de súplica. Y me imploras: "Por favor... déjame ir".
Y yo le digo: "No sabes en qué estás metida... simplemente no sabes. Ni aunque quieras puedes irte. Jamás podrás". Y me sigo riendo sin poder mover ni un musculo de tan borracha. Las ganas de vomitar se apoderan de mí, y en menos de lo que canta un gallo, ahí está, todo sucio. Vómito por todas partes.
Te agachas y me recoges el cabello. Me haces cariño en la cabeza y me llevas al baño. Me dejas allí, te vas a limpiar la mierda llorando, porque escucho los sollozos desde el baño, y una mueca sale de mi rostro sin querer. La mueca de quien ha triunfado. Esos sollozos me declaran la ganadora.
Vuelves al cuarto de baño con una taza de café. Me dejas allí.
Cuando logro encontrarme mejor, ya no estás...
Te llamo y te llamo al celular, pero comienza a sonar tu bolso.
Reviso tus cosas y ni siquiera llevaste dinero. Entonces lo entiendo... estás con alguien.
La mueca pronto desaparece, y comienzan a brotar las lágrimas.
Me tapo la cara con las manos y las voces aparecen.
Hago mierda tu ropa, la corto en mil pedazos con aquellas tijeras viejas de la cocina.
Tomo tu dinero y lo boto al escusado.
El estado de manía me persigue y no puedo hacer nada para calmarme.
Voy hacia nuestra habitación y tomo todas nuestras fotos y las pongo en lugares estratégicos, con mensajes bastante agresivos.
Enciendo el gas de la cocina.
Comienza a ponerse denso el ambiente, en cualquier minuto siento que voy a caer dormida.
Se abre la puerta, y tu cara de estupefacción es sublime. Corres hacia la cocina y te vuelves hacia mí.
Me dices: "Estás enferma..." .-Y te largas a llorar.
Te acercas y me muestras la bolsa de la farmacia. Habías ido a comprar sales de frutas para mi borrachera.
El corazón se me aprieta, y sólo sé que la he cagado.
Te miro a los ojos, y digo: "Pues ya ves... pensé mal".
-Te tiras conmigo al piso, te pones en posición fetal y nos abrazamos. Pasas la mano por mi cabello, y me susurras: "Jamás te dejaré, aunque me vaya".



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