Voy a dedicarle un trago al olvido.
Voy a brindar por ti, también.
Brindaré por los recuerdos, y brindaré por mi mala suerte.
Brindaré por mi desdicha, y beberé un trago por mis metas incumplidas.
Le dedicaré cien cigarros a la muerte, y el último me lo fumaré en tu nombre.
Voy a beber hasta quedar en estado etílico.
Y voy a fumar hasta que mis pulmones digan basta.
Voy a llorar hasta que no me queden lágrimas.
Y voy a escribir hasta que mis manos tiemblen.
Voy a dedicarle un trago a la noche.
Voy a brindar por las estrellas, también.
Brindaré por los astros, y brindaré por los cosmos.
Brindaré por mis deseos que se han perdido en el universo, y beberé un trago por si algún día llegan a ser concedidos.
Voy a dedicarle un trago a tus besos.
Voy a brindar por tu boca, también.
Brindaré por tus manos, y brindaré por tus dedos.
Brindaré por tus manos benditas, que sabían recorrer mi cuerpo de norte a sur.
Voy a dedicarle un trago a tus promesas vacías. Y brindaré por las mentiras, también.
Voy a beber hasta que la noche se haga día.
Voy a beber hasta que el universo se digne a escucharme.
Voy a beber hasta que me quieras.
Voy a beber hasta beberte completa, y más.
Voy a beber, porque no sé hacer otra cosa.
Y como no puedo besarte, te verso. Y como no puedo tenerte, te vengo.
Como no puedo romperte, me rompo.
Y como no puedo olvidarte, te escribo.
Voy a dedicarte mi último poema. Porque, quién más que tú lo merece.
Vaya, un trago por ti, a quien le escribo, todavía...
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