martes, 29 de septiembre de 2015

Ella. {Tú}

Tan real como un escrito de Bukowski. 
Tan despampanante como el primer ocaso de verano.
Tan viva como la primavera.
Tan seria como el silencio después de una discusión.
Tan desnuda de alma, sin necesidad de quitarse una sola prenda. 
Y tan fría como la nieve.

De manos heladas, y un corazón que quemaba. 
De cabello ondulado y cuerpo de reloj de arena. 
Con un culo que sólo una Diosa era digna de poseer. 
Y curvas que mataban a quien osase mirarle.

De todos y de nadie. 
Todo y nada. 
Mía, y de cien personas más.

Y es que... mirarla era como escuchar tu canción favorita un millón de veces. 
Tenía la capacidad de ser descubierta y amada a partes iguales. 
Como esa prenda de ropa que compras con todas las ansias de usarla siempre, y luego, cuando llegas a casa, no sabes ni cómo combinarla. 
Así era ella. 
Mi mejor error. 
Mi equivocación favorita. 

Inesperada y fugaz. 
Tan perfecta sin necesidad de sentirse así. 
Tan rota que dolía. 
Y tan mía, y tan de nadie. 




  Era... todo lo que odiaría de alguien que no fuese ella. 
  Pero, sólo por ser ella, le concedía el deseo de ser mi una en un millón.